Esta vez Florentino no ha mareado la perdiz como en veranos anteriores y ha decidido soltar la pasta que le pedían desde Mónaco sin apenas negociar. Se disfrazó de Nico Rosberg y la carrera por el fichaje del colombiano no tuvo rival. Ha sido todo tan rápido que ni el mismo James Rodríguez daba crédito a lo sucedido. Florentino tiene a su crack, otro más para la colección, pero el dilema no radica en si triunfará o no, sino en dónde ubicar a este gran jugador en el engranaje táctico de Ancelotti.

Ochenta millones. Debo volver a los entresijos del traspaso porque debo reconocer que son muchísimos, por mucho que hablemos de una Bota de Oro de un Mundial. No olvidemos que James todavía no ha debutado en una liga de primerísimo nivel, ni ha explotado en el panorama futbolístico internacional. Eso es un dato, no una opinión. Creo que un buen (grandísimo) Mundial no es sinónimo de explosión, por lo que entiendo no se debe pagar una cantidad tan elevada por un futbolista que ni se acerca al nivel de Cristiano, Messi, Suárez o Bale. Incluso si metiéramos el bisturí en la temporada de James con el Mónaco llegaríamos a la conclusión de que su curso ha sido más que discreto.
En cierto sentido recuerda al fichaje de Neymar por el Barça, con la salvedad de que en esta operación no ha habido trapos sucios, ha pagado 25 millones menos, y el jugador no se encontraba en su último año de contrato.
La viabilidad económica está fuera de toda duda. Colombia es el país sudamericano que más camisetas vende, y el reciente fichaje blanco ha desbancado a Falcao como ídolo nacional. Florentino lo tiene todo muy bien atado.
La viabilidad deportiva ya es otro cantar. Casemiro salió cedido al Oporto, y Khedira y Di María están con las maletas preparadas para marchar rumbo a la Premier y PSG respectivamente. En ese caso Ancelotti tendría problemas. La plantilla estaría formada por centrocampistas de calidad, toque e imaginación, pero no habría ningún medio que combinara sacrificio físico y rigor táctico.
Me pregunto si el plan de Carletto se inclina por hacer de James un Di María. ¿Descabellado? No. El colombiano ha demostrado que rinde mejor cuando tiene protagonismo en el juego, en lugar de pegado a la banda (donde también rinde a gran nivel). ¿Incógnita? Por supuesto. El liston está tan alto gracias al último semestre de El Fideo que será muy complicado acercarse a su nivel.
Si el técnico transalpino decide utilizar a James en tareas meramente ofensivas se encontrará con la siempre tarea complicada de gestionar los minutos entre grandes estrellas mundiales. Con Cristiano y Bale titularísimos, Isco (podría retrasar su posición), Benzema y el propio James se disputarían el centro del ataque blanco. Y todo esto con Jesé recuperándose de su gravísima lesión.
Todo dependerá de si Ancelotti decide fichar un nueve. Entonces James retrasaría su posición. Si, por el contrario, consigue convencer a Khedira o Di María para permanecer en el club, James luchará por un puesto en el tridente de ataque.
Repito, sobre el fichaje de Rodríguez planean varias dudas deportivas. Donde no cabe la incertidumbre es en la grandísima calidad del jugador y en la longevidad de la temporada (hasta seis títulos disputará el Madrid). No olvidemos que Bale se pasó gran parte de la temporada entre algodones y que Cristiano y Benzema jugaron muy tocados la final de Champions.
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Paparrucha
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