En lo que se refiere a su imagen pública se podría decir que tiene tantos seguidores como detractores. Es innegable pensar que se trata de una persona muy inteligente, en la que cada palabra o acto cobra una finalidad. Sus ruedas de prensa son ingeniosas y divertidas. No hay ningún técnico en el mundo cuyas declaraciones abarquen tanto protagonismo o importancia mediática como las de Mourinho. Y él lo sabe.
Dicho lo anterior, nadie puede negar que es un "top" (como diría nuestro protagonista) en el arte de meterse en charcos. No hablo de sus dardos a Guardiola, Vilanova, Valdano... hablo de es tipo de frases que no van a desestabilizar, sino que realmente piensa. No hablo si no de la famosa reciente frase "Hay muchos madridistas disfrazados".
Tengo la sensación de que, para Mourinho, ser fiel a un club es estar de acuerdo con todo lo que rodea al equipo. Piensa que hay que protegerlo a ultranza, sin excepciones. No es ni debe ser así. Hay situaciones y circunstancias que son indefendibles. Uno no puede ponerse del lado de Pepe cuando se comporta de esa manera tan antideportiva en un terreno de juego; del mismo modo que un barcelonista no puede mirar a otro lado cuando ve que, por ejemplo, Busquets teatraliza las entradas que sufre en el campo. Ante todo, uno debe resultar lo más objetivo posible.
Como el objetivo de estas declaraciones no son otros que los periodistas, y más concretamente los de la prensa madrileña. Mou, como ya he comentado antes, es muy inteligente, y sabe que erró al meter el dedo en el ojo de Vilanova. Y sabe que es normal que recibiera críticas por parte de toda la prensa y opinión pública por ello. Lo que el luso no consiente son las discrepancias de índole técnico. No ve normal que un periodista del diario As o Marca, por ejemplo, no apoye al técnico en determinados momentos, en los menos buenos en concreto. Se siente discriminado, sobre todo al ver que en Barcelona se defendía a capa y espada a Pep Guardiola. Mourinho no debe pretender eso, primero porque el ex-entrenador del Barça es un símbolo del club, capitán del primer equipo en su momento... y catalán; y segundo, porque la prensa catalana es bastante más subjetiva que la madrileña, salvo alguna excepción.
Mourinho no acepta las críticas tácticas
Jose Mourinho se ha ganado prácticamente a los madridistas. De ellos, un alto porcentaje no discrepa con el luso porque el sentimiento blanco les nubla. Los restantes no son madridistas disfrazados, son seguidores del Real Madrid que adoran lo que está bien, y critican lo que está mal... independientemente del club que se trate.