La España deportiva y futbolera ha puesto el grito en el cielo tras el festival de Muñiz Fernández en el Marínez Valero de Elche. La mano derecha de Manuel Díaz Vega cumple este curso su decimocuarta temporada en la élite, y en este tiempo se ha empeñado en demostrar que no tiene el nivel suficiente para dirigir encuentros de Primera División. Lo ocurrido el pasado martes ha colmado el vaso. Es su segundo resbalón grave tras el Barça-Sevilla de la jornada 4, donde anuló un gol legal al sevillista Cala.

CAMBIO DEL SISTEMA
No voy a hablar del partido de Elche. El arbitraje fue tan sumamente escandaloso y tan favorable al Madrid que está todo dicho. El Madrid debió perder, tanto por juego como por las ayudas recibidas, todas ellas cruciales en el devenir del encuentro.
Me gustaría hablar del arbitraje en general. Llevo demasiados años quejándome de la labor arbitral. Creo que desvirtúan la competición, llegando incluso a ser decisivos a la hora de determinar el campeón de cualquier competición, (véase ligas 2008, 2009, 2012 y 2013)
Tengo una teoría, que por ser aventurada no implica no tenerla en cuenta. Evidentemente, los colegiados son amantes del fútbol desde edad temprana. Seguramente habrá algunos que se hayan dedicado a este oficio por vocación, por amor al arte. Sin embargo, creo que la mayoría son futbolistas frustrados que desean seguir unidos al mundo del balompié. Y, por supuesto, estos chicos, en su infancia, eran seguidores de algún club de fútbol. Unos del Madrid, otros del Barça, del Atlético... De hecho, el ex árbitro Juan Antonio Fernández Marín, del colegio valenciano y ex socio del Atlético de Madrid, dirigió decenas de partidos al equipo colchonero.
Por todo ello abogo por la designación de colegiados internacionales para los encuentros de las competiciones domésticas. Soy consciente de que el nivel del arbitraje del resto de Europa también deja mucho que desear, pero de este modo se evitarían ciertas suspicacias relacionadas con lo comentado anteriormente. Creo que nuestro fútbol gozaría de mejor salud si fueran dirigidos por profesionales italianos o franceses, por ejemplo. No me cabe la menor duda. Y creo fervientemente que el mundo del fútbol europeo aumentaría su nivel considerablemente.
FAVORES A LOS GRANDES
Estoy totalmente a favor de la teoría de que los grandes no deben quejarse de los árbitros. Puede haber encuentros en los que se les perjudique, cierto, pero desde una perspectiva más amplia, al cabo de la temporada reciben más regalos que robos. Repito, estoy al 100% con esta teoría, pero con algún matiz. Me explicaré con un ejemplo.
Pongámonos en el caso de que el Madrid recibe gratuitamente 10 puntos al cabo del año. El Barça, por su parte, ha sumado 6 puntos más de lo que debía gracias a la labor de los trencillas. ¿No tiene el FC Barcelona derecho a quejarse por verse perjudicado con respecto a su máximo rival? Y esta teoría se puede extrapolar a los clubes menos grandes. Si al cabo del año al Elche le birlan 8 puntos, al Levante 5 y al Almería 3, los granotas y blanquirrojos se habrán visto claramente beneficiados con respecto a su rival por eludir el descenso. Esto es así.
Se debe mirar con perspectiva, no simplemente lo que interesa.
Y el mayor problema de todo radica en el pasotismo e indiferencia que reina en las altas esferas del fútbol nacional e internacional. A día de hoy no se puede concebir que el el deporte rey no reciba la ayuda de la alta tecnología. Seguimos asistiendo a cómo goles legales no suben al marcador por la mala colocación del juez de línea. No se pueden perder 15 segundos en visualizar el marcador para ver una jugada pero sí se puede perder 3 minutos cuando un jugador simula una lesión. Fútbol, probablemente el deporte que más dinero mueve en el mundo, y el que menos ha evolucionado en los últimos 30 años.
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