lunes, 2 de diciembre de 2013

Mirar hacia otro lado (II)

No es la primera vez que titulo así un post. Mirar hacia otro lado fue otro artículo que elaboré allá por el mes de junio, tras la paliza sufrida por España en la final de la Confecup a manos de Brasil. 
Hoy me centraré en el FC Barcelona. Y no quisiera guiarme por el ventajismo, en alusión a la derrota cosechada en San Mamés (por cierto, roja clarísima de Iturraspe). Me rijo por el desconcierto que me suscita el cuadro de Gerardo Martino.

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¿EL CENTRAL?

Cuando hablo de desconcierto no me refiero al estilo de juego del equipo, me refiero a la incapacidad del cuerpo técnico y ejecutivo a la hora de planificar una temporada y estructurar una plantilla de modo solvente.
Los males de este Barça son muchos, y no comenzaron con la marcha de Pep Guardiola, sino un año antes. El de Santpedor siempre se ha caracterizado por  ser una persona bastante inteligente, y predijo que este equipo sufriría un bajón físico y anímico en el futuro, como así ha ocurrido.
Sin embargo, el técnico catalán no hizo nada por remediarlo. Tras la consecución de la Champions ante el Mancheste en mayo de 2011, Guardiola se empeñó en reforzar las dos lineas que mejor funcionaban en el engranaje táctico culé. El club presidido por Sandro Rosell desembolsó 80 millones por los traspasos de Cesc y Alexis. Dos grandes jugadores, sin duda, y el primero con ADN de La Masía, pero no olvidemos que jugadores como Iniesta, Xavi, Messi, Pedro, Bojan, Afellay, Villa o Thiago, ya solucionaban todos los problemas ofensivos del equipo (si alguna vez los hubo).
El cuerpo técnico se olvidó ese verano de la linea defensiva, y prefirió no reforzar una zona en la que sólo disponía de un central de garantías: Piqué. La enfermedad de Abidal, la edad y las continuas lesiones de Puyol, y la incapacidad de Mascherano de convertirse en un defensor de plenas garantías no convencieron a Pep para contratar un recambio.

Con Tito sucedió lo mismo. Se pagaron 20 millones por Alexandre Song, un buen jugador que ya demostró en su etapa en el Arsenal que podía desempeñar el papel de mediocentro y central con solvencia. Por eso se le fichó. No obstante, Vilanova (y Roura) optaron por utilizar en el eje de la zaga a Bartra, Busquets, e incluso a Adriano antes que al potente futbolista camerunés. Un sinsentido.

Estoy convencido de que la liga cosechada por el club catalán la pasada temporada, disfrazó todos los defectos de un equipo venido bastante a menos. Incluso la sonrojante derrota a manos del Bayern no provocó que el barcelonismo tuviera dudas (excepto Piqué). Zubizarreta y Rosell estaban onnubilados por el efecto Neymar, y apartaron de su cabeza la idea de abordar el fichaje de un central. Demasiado caro, decían.
Y a día 2 de diciembre de 2013, el FC Barcelona sigue con los mismo problemas que hace dos años y medio. Mascherano sigue siendo un parche, Puyol no mejora físicamente, Piqué está distraído, Bartra no convence en los partidos de alta exigencia. Es una lacra que el club no ha podido o no ha querido erradicar.


¿Por qué no se puede pagar 30 millones por un central? No veo al Madrid quejarse por soltar 70 kilos por Sergio Ramos, Varane y Pepe, o al PSG por pagar la misma cantidad por la dupla brasileña Thiago Silva-Marquinhos; o al Chelsea por contratar los servicios de David Luiz por 30. Vale claramente la pena realizar un esfuerzo económico para reforzar una de las zonas más importantes de un equipo.
Centrales de nivel hay muchos, y no tan caros como los citados anteriormente. Evidentemente, resulta harto complicado encontrar a grandes futbolistas a precio de saldo, casos de Piqué y Varane. Pero jugadores como Otamendi, Vertonghen, Mangala o Garay son los suficientemente válidos para ocupar un puesto en el eje de la defensa culé, y su valor no se acercaría ni mucho menos a los 30 millones.

EL RELEVO DE XAVI

Otro problema con el que no contaban las altas esferas del club catalán. El centrocampista ha bajado preocupantemente su nivel. Las carencias del egarense se hacen patentes ante rivales que ejercen la presión con las lineas muy adelantadas, algo bastante común en partidos fuera del Camp Nou. La edad no perdona, y el capitán blaugrana debe ir dejando paso a la nueva hornada de jóvenes jugadores.
Que duda cabe que con Busquets, Iniesta y Cesc, el problema de la creación queda totalmente solventado, pero el recambio ideal de un Xavi ya veterano estaba en la plantilla a mediados de 2013.
¿Por qué se vendió a Thiago? ¿Era realmente necesaria la venta de un futuro ganador del Balón de Oro? ¿Vale la pena prescindir de él para traer a Neymar? 
Son cuestiones que a día de hoy planean por la cabeza del aficionado culé. Personalmente lo tengo claro. No. La venta de Thiago no tiene ni pies ni cabeza, y el tiempo lo dirá.

TEMA NEYMAR

Vuelvo a hablar del brasileño, porque la ocasión lo merece. No hay duda de que el habilidoso jugador se ha acoplado perfectamente a la cultura y al estilo del club. Creo que su inicio de temporada es francamente notable, más allá de lo que digan sus estadísticas goleadoras. Estoy totalmente convencido de que hablamos de un gran jugador que, con años de trabajo físico, puede convertirse en el número uno del mundo.



Ahora bien, y sin ánimo de convertirme en repetitivo, no concibo la idea de pagar 65-70 millones por un futbolista de 21 años que nunca ha jugado en Europa y, para más inri, se encontraba en el último año de contrato. Sigo preguntándome por qué Rosell (teniendo un precontrato firmado con el jugador) no prefirió esperar al término del Mundial para que el brasileño aterrizara gratis en el Camp Nou. De haber sido así, el presidente blaugrana habría logrado el mejor negocio de la historia reciente del fútbol.
Y la eterna comparación con Bale.
Claro que tampoco estoy de acuerdo con el escandaloso despilfarro que realizó Florentino Pérez en la contratación del galés, y más aún tras la venta de Ozil por la mitad, pero no olvidemos de que hablamos de uno de los mejores futbolistas del mundo. A menudo escucho a periodistas o contertulios de cierto poder mediático que dudan de la calidad del británico, e incluso le desprecian deportivamente, fruto de su ignorancia en términos futbolísticos.
No es necesario que Bale consiga un hat trick o dé 9 asistencias en 10 partidos para elevarle a los altares. El ex jugador del Tottenham es una realidad desde hace varios años. No en vano, ha sido elegido mejor jugador de la Premier en los dos últimos años, votación en la que participan todos los jugadores de todos los clubes de la competición inglesa. Y no hablamos de una liga menor, sino de un torneo en el cuál participan futbolistas de la talla de Agüero, Van Persie, Suárez, Silva, Hazard, Mata o Yaya Touré, entre otros muchos.

HAY VIDA

Y con todo esto ni mucho menos quiero dar a entender que no veo al Barça como un equipo candidato a todo. De hecho, sigue líder en la Liga y ya está clasificado para los octavos de Champions. Probablemente, con la vuelta de un Messi sano todo esto quedarán en una anécdota
Lo único que deseo que vean es que ciertas decisiones pueden desencadenar una serie de acontecimientos fatídicos para un club. Y lo peor de todo es que el barcelonismo vive últimamente en esa continua nebulosa que deja perplejos y confusos a los culés y a los no tan culés. Palabras o declaraciones evasivas como las de Xavi, Busquets o Martino podrán engañar y convencer a algunos, pero a cada vez menos

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